Fundamentos



  • Fundamentos filosóficos


El término fenomenología aparece por primera vez en la historia de la filosofía en los trabajos teóricos de J.H.Lambert sobre la ciencia (“Le nouvel organon”), en el siglo XVIII (De Waelhens 1988), en los cuales dicho término cobra el sentido de doctrina de la apariencia. Posteriormente encontraremos el término fenomenología en Kant (“Premiers principes métaphysiques de la science de la nature”), en Hegel (“la fenomenología del espíritu”), en Hartman (“fenomenología de la consciencia moral”), pero será Husserl, en los comienzos del siglo XX, quien desarrolle verdaderamente el significado de la fenomenología (Misiak & Staudt, 1973).

Desde sus orígenes, la fenomenología se ha centrado en la significación, el sentido, para lo que ha desarrollado toda una lógica descriptiva, rompiendo así con la concepción clásica de la epistemología y de sus teorías tradicionales. En este sentido, la fenomenología se presenta como un movimiento alternativo a todas aquellas corrientes de pensamiento, tales como el empirismo, el idealismo o el realismo, las cuales, sin excepción, proponían una ruptura entre sujeto y mundo, entre consciencia que percibe y objeto percibido (Deschamps, 1993). La fenomenología introduce como ‘objeto’ de estudio la relación, para lo que se acuña el término de intencionalidad, pues la consciencia es siempre consciencia de algo o alguien. Ese lazo que une la consciencia y el mundo es la intencionalidad, cuya manifestación viene dada por el sentido (Husserl, 1962). Es por ello que la fenomenología se centra en la elucidación del sentido, de la significación.

El concepto de intencionalidad supone uno de los aspectos centrales para la comprensión de la fenomenología, sobre todo desde Brentano y Husserl. Y es que, sobre esta noción, descansan dos pilares fundamentales de la fenomenología: por un lado, su objetivo de llegar a las cosas mismas, aprehenderlas, a través del estudio de la consciencia. Y, por otro lado, la pretensión de validez del conocimiento adquirido por esta vía (Bachelor y Joshi, 1986).

Rescatado de la filosofía escolástica por Brentano y más tarde por Husserl, el término intencionalidad, en su sentido descriptivo, significa que la consciencia no es un contenido sino más bien una ‘intención de significación’. Se trata de una tensión de la consciencia hacia aquello que pretende significar. Así, la fenomenología pone el énfasis sobre esta particularidad propia y general que tiene la consciencia de ser consciencia de algo, de estar en presencia de algo más que de sí misma. Esto es, la fenomenología introduce la relación con el mundo como terreno de estudio. De ahí la doble función de la fenomenología de volver a las cosas en sí mismas o entenderlas a través del estudio de la consciencia y, por otro lado, de validar el conocimiento adquirido por este camino (Misiak y Staud, 1973).

Sin embargo, Husserl se aleja de este objetivismo escolástico de Bretano al poner el acento sobre la intersubjetividad: las cosas existen en la medida en que se es consciente de ellas y, en consecuencia, la verdad de las cosas parte de la percepción que se tiene de ellas (Moustakas, 1994). Lo que emana finalmente del concepto de intencionalidad de Husserl es la idea de relación: aquello que tiene lugar entre la consciencia (ser) y aquello que aparece ante ella, esto es el fenómeno. Es precisamente en esta relación entre el ser y la apariencia que la experiencia adquiere un sentido, un significado, y la fenomenología consiste esencialmente en describir las cosas y las estructuras de la consciencia que las conoce; de ahí la indispensable exploración del mundo experiencial.

Dado que la experiencia es significativa tanto por uno mismo como por los otros, la experiencia que tiene uno no tiene sentido a menos que esté en relación con la experiencia de otros, lo cual permite que dicha experiencia se transforme; se trata de un conocimiento intersubjetivo en el sentido de comprensión recíproca de la experiencia. De ello a formular que la experiencia no adquiere sentido sino en relación con los otros, no hay mas que un paso, puesto que el mundo es concebido como una «comunidad de personas» (Moustakas, 1994: 57), y es ‘entre’ estas personas que el sentido de la experiencia y el mundo mismo se configuran como espacio habitable. Es precisamente este paso el que da Heidegger, quien, al desplazar la reflexión fenomenológica de la consciencia a la existencia, propone la noción practicamente intraducible de dasein, traducido como estar-en-el-mundo (Heidegger, 2001). No se sabría construir esta presencia en el mundo ni pensarla fuera de la relación con los otros. La persona humana está situada entre las cosas del mundo, en medio, y construir o hacer aparecer es habilitar un espacio y habitarlo (Heidegger, 1958). Ese estar presente en medio del mundo, de las cosas, de las personas deviene la condición necesaria de la existencia propiamente humana y es la relación con el otro lo que permite estar presente en el mundo y habitarlo (De Waelhens, 1982: 240).

Cuadro coneptual:




Referencias:
  
  • Misiak, H. et Staud, S. V. (1973). Phenomenological, Existential, and Humanistic Psychologies. A historical Survey. New York. Grune & Stratton. 


  • Bachelor, A. y Joshi, P. (1986). La méthode phénoménologique de recherche en psychologie. Québec. Presses de l’Université de Laval. 


  • De Waelhens, A. (1988).Phénoménologie. Dans Encyclopaeidia Universalis (Ed.). 


  • Heidegger, M. (2001). Carta sobre el humanismo. Madrid. Alianza Editorial. 


  • Moustakas, C. (1994). Phenomenological Research Method. California. SAGE Publications. 


  • Deschamps, C. (1993). L’approche phénoménologique en recherche. Montréal. Guérin Universitaire.

1 comentario:

  1. la fenomenologia transcendental tambien interviene en el tema no? se dice que es la ciencia estricta y una empresa colectiva. Como forma de entender la filosofía, la fenomenología asume la tarea de describir el sentido que el mundo tiene para nosotros antes de todo filosofar. se refiere al método, se vale de la reducción eidética, la reducción trascendental y el análisis intencional para explicitar el sentido del mundo en tanto que mundo (o del ser en tanto que ser) y de las cosas en él, así como para exponer las leyes esenciales inherentes a nuestra consciencia del mismo. todo bien...

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